jueves, 10 de septiembre de 2015

El éxito tras el negocio de los mensajes positivos

Lo hemos visto miles de veces, están por todas partes, tazas, cuadernos, imanes, pulseras e incluso papel de cocina. Todo lleno de mensajes positivos, de frases para sonreir y reflexionar.



En mi opinión, el éxito reside en que son productos que cubren una necesidad, una carencia emocional. Estamos atravesando una situación difícil desde que empezó la crisis, las noticias están llenas de mensajes de alerta, palabras como "desempleo, precariedad, pobreza, riesgo, deshaucio..." son nuestro día a día. Hay un sentimiento generalizado de que las personas son de usar y tirar, cumplen un propósito y cuando ya se las ha exprimido se las tira al cubo de la basura sin siquiera pensar en reciclarlas para otra tarea. El "no" en su vertiente más negativa lo impregna todo "no puedes, no lo conseguiras...". Sueños frustrados y esperanzas rotas. 

Estos mensajes son precisamente lo opuesto a lo que vivimos, nos hablan de soñar, de disfrutar, de días soleados tras la tormenta. Los leemos y nos hacen sentir bien, porque las palabras afectan a como nos sentimos, porque la palabra exacta en el momento preciso lo puede cambiar todo (¿Pueden las palabras afectar a como nos sentimos).  

Hay compañías que han sabido identificar esta necesidad y han diseñado una línea de productos para cubrirla. Porque no es lo mismo que alguien nos de un cuaderno monocormático y nos diga que es para poner nuestras ideas maravillosas, a que veamos un cuaderno colorido que en su tapa ponga "cuaderno de las ideas maravillosas". La segunda opción nos va a sacar una sonrisa mayor, y nos va a enviar un mensaje de refuerzo positivo cada vez que lo veamos. Nos ayudan a sonreir cuando nos cuesta encontrar motivos para ello.

No venden un producto, venden una idea, una sensación. Son muchas las compañías que asocian su nombre a emociones positivas, nos invitan a "compartir la felicidad", a "disfrutar conduciendo", a "venirnos arriba". No es que esté más rico, sea de mejor calidad o lave más blanco que la competencia, es que te hace sentirte mejor. Si estampas una frase para sonreir en una taza, ya no estás vendiendo una taza, el objeto pasa a un segundo plano lo que importa es lo que se ha escrito y lo que nos hace sentir.

Nos venden sonrisas e ideas luminosas para que nuestro camino sea menos tenebroso. Nosotras, conscientes de que el dinero no crece en macetas, os regalamos nuestras sonrisas gratis para que las compartais con aquellos que han perdido su luz. Feliz día caminantes.









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