El estrés es considerado por muchos la gran epidemia del siglo XXI, porque… quién no ha sentido estrés en algún que otro momento, en mayor o menor medida. Está en nuestro día a día y suele ir acompañado de la ansiedad y la prisa del modo en que vivimos.
Pero ¿qué es el estrés?
En
origen se denominaba estrés a la fuerza ejercida sobre un objeto, que podía deformarlo
o romperlo. Cuando nos referimos a personas, básicamente hablamos de lo mismo, es
la presión que sentimos frente a un acontecimiento que se produce en nuestras
vidas. Es decir, es cómo reaccionamos y nos enfrentamos a los cambios, tanto
favorables como los que no lo son tanto.
El
estrés puede ser positivo (cuando estimamos que las consecuencias serán
favorables) o negativo (cuando esperamos que esas consecuencias sean
desfavorables) pero se convierte en algo perjudicial cuando se prolonga en el
tiempo y no sabemos cómo manejarlo.
Por eso
siempre es bueno contar con algunos trucos que nos ayuden a reducir nuestro
nivel de estrés, para hacerlo manejable y evitar llegar a males mayores.
¿Qué puedes hacer para evitar el estrés?
Organízate
No te
sobrecargues de trabajo, reparte tu tiempo adecuadamente, dejando tiempo libre
para el ocio o descansar, pon limites a tus actividades, incluso a las lúdicas,
para evitar que estas lleguen a absorberte y que el placer se convierta en algo
pesado y tedioso. Con una buena organización hay tiempo para todo, incluso para
disfrutar.
Descansa…
Y come
bien. Cuántas veces por exceso de trabajo o prisa no podemos hacer
correctamente estas dos cosas…. Lo que lleva a incrementar el estrés que a su
vez produce desordenes en la alimentación y problemas para dormir.
Una
mala alimentación y un descanso inadecuado no solo influyen en el grado de estrés
o ansiedad que sentimos, sino que también pueden afectar negativamente a nuestra
salud.
Relaaaaaajate…
Muchas veces
no se le da importancia, pero aprender a relajarnos, a respirar adecuadamente, manejar
técnicas de relajación, hacer yoga o deporte, no solo nos sirve para superar un
momento puntual de estrés, sino que puede ayudarnos a prepararnos para futuras
situaciones, así que: Respira hondo.
Aprende a pensar en ti mismo
No es egoísmo
pensar en uno mismo, ya que anteponer siempre los deseos de los demás a los
propios también puede resultar perjudicial. Hay que tener espacio para uno
mismo, aprender a decir NO, cuando hay que decirlo y saber desconectar cuando
sea necesario. A veces nuestro cuerpo y mente lo piden y lo agradecen. Si solo
escuchamos a los demás, cómo oírnos a nosotros mismos.
Y por supuesto:
Ocio, tiempo libre, amigos, salir, hablar
cantar, reír e incluso llorar, todo aquello que te haga sentir bien, desahogarte
o relajarte, sirve para rebajar el nivel de estrés. Vivir la vida y disfrutar del presente,
pensar en positivo y evitar obsesionarse con los problemas, la perfección o los
demás, nos hará sentir mejor.
Come bien camina mucho y sueña con cosas sencillas.
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