sábado, 1 de agosto de 2015

El saber escuchar

¿Cuántas veces decimos: “si, si te estoy escuchando”, pero realmente no es así? Quizás más veces de las que creemos. 


Cuando estamos en un  proceso de comunicación, tanto en el ámbito laboral, como de estudios o en la vida diaria, creemos estar escuchando, pero la mayoría de las veces lo que verdaderamente estamos haciendo es simplemente oír, oímos una serie de sonidos y palabras. Y es que no es lo mismo oír que escuchar. Ya lo dice la RAE, “Oír: es percibir los sonidos. Y escuchar; es prestar atención a lo que se oye”.
El hecho de simplemente oír y no escuchar, produce situaciones incómodas, genera malos entendidos…Puesto que la persona que nos está hablando está expresando su discurso, el cual para él/ella es muy importante, y nosotros no le estamos dando el valor que se merece. En muchas ocasiones el no prestar una atención total a lo que nos están contando es debido a que estamos más pendientes a que decir después que de escuchar a la persona y llevar a cabo un diálogo fluido.

Y es que el saber escuchar, no es tarea fácil, pero tampoco es imposible.

El llevar a cabo una buena escucha es una habilidad que algunas personas ya tienen interiorizada, pero otras personas aún no o no saben cómo llevarlo a cabo. Escuchar implica una atención por ambas partes. Escuchar activamente crea un clima positivo, genera confianza, respeto, interés… esta escucha, implica una atención total, que va no sólo desde las palabras o sonidos que escuchamos, sino también desde ese lenguaje no verbal que nos transmite mucha información sobre lo que verdaderamente siente o piensa la persona. Y es que saber interpretar ese lenguaje no verbal es importante para entender bien lo que nos están transmitiendo.

Todo es cuestión de poner de tu parte, coger una serie de hábitos, y tener más empatía con los demás. Y es que si todos supiésemos escuchar de una manera activa, todo sería diferente.
Cuando se sabe escuchar, la autoestima de la persona que habla se incrementa. Lo que las personas cuentan son cosas importantes para ellas, por lo que al escucharlas con atención le está expresando que es importante para usted, que lo que está contando tiene un determinado valor. 

No porque hables mucho, es que sepas mucho. Escuchar también es aprender.

Si quieres aprender a ejercer una buena escucha, a continuación os presentamos las “10 reglas de la Buena Escucha de Keith Davis”:

1- Deje de hablar. Usted no puede escuchar si está hablando.
2- Hacer que el que habla se sienta cómodo. Ayúdelo a sentirse que es libre de hablar.
3- Demuéstrele que desea escucharlo. Que tu postura y expresión denoten el interés que    sientes. 
4- Elimine y evite distracciones.
5- Trate de ser empático con el otro.
6- Sea paciente y dale tiempo para explicarse, no le interrumpas.
7- Mantenga la calma y el buen humor.
8- Evite discusiones y criticas, sea prudente en sus argumentos.
9- Haga preguntas, esto estimula al interlocutor y demuestra su interés por conocer la          totalidad de la exposición.
10- Pare de hablar, es lo primero y lo último. Mientras habla no llegan nuevos conceptos, frena la exposición del interlocutor.

 ¡¡¡FELIZ DÍA!!! 

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