¿Cuántas veces decimos: “si,
si te estoy escuchando”, pero realmente no es así? Quizás más veces de las que
creemos.
Cuando estamos en un proceso de comunicación, tanto en el ámbito
laboral, como de estudios o en la vida diaria, creemos estar escuchando, pero
la mayoría de las veces lo que verdaderamente estamos haciendo es simplemente
oír, oímos una serie de sonidos y palabras. Y es que no es lo mismo oír que
escuchar. Ya lo dice la RAE, “Oír: es percibir los sonidos. Y escuchar;
es prestar atención a lo que se oye”.
El hecho de simplemente oír
y no escuchar, produce situaciones incómodas, genera malos entendidos…Puesto
que la persona que nos está hablando está expresando su discurso, el cual para
él/ella es muy importante, y nosotros no le estamos dando el valor que se
merece. En muchas ocasiones el no prestar una atención total a lo que nos están
contando es debido a que estamos más pendientes a que decir después que de
escuchar a la persona y llevar a cabo un diálogo fluido.
Y es que el saber escuchar,
no es tarea fácil, pero tampoco es imposible.
El llevar a cabo una buena
escucha es una habilidad que algunas personas ya tienen interiorizada, pero
otras personas aún no o no saben cómo llevarlo a cabo. Escuchar implica una
atención por ambas partes. Escuchar activamente crea un clima positivo, genera
confianza, respeto, interés… esta escucha, implica una atención total, que va
no sólo desde las palabras o sonidos que escuchamos, sino también desde ese
lenguaje no verbal que nos transmite mucha información sobre lo que
verdaderamente siente o piensa la persona. Y es que saber interpretar ese
lenguaje no verbal es importante para entender bien lo que nos están
transmitiendo.
Todo es cuestión de poner de
tu parte, coger una serie de hábitos, y tener más empatía con los demás. Y es
que si todos supiésemos escuchar de una manera activa, todo sería diferente.
Cuando se sabe escuchar, la
autoestima de la persona que habla se incrementa. Lo que las personas cuentan
son cosas importantes para ellas, por lo que al escucharlas con atención le
está expresando que es importante para usted, que lo que está contando tiene un
determinado valor.
No porque hables mucho, es
que sepas mucho. Escuchar también es aprender.
Si quieres aprender a
ejercer una buena escucha, a continuación os presentamos las “10
reglas de la Buena Escucha de Keith Davis”:
1- Deje de hablar. Usted no puede escuchar si está hablando.
2- Hacer que el que habla se sienta cómodo.
Ayúdelo a sentirse que es libre de hablar.1- Deje de hablar. Usted no puede escuchar si está hablando.
3- Demuéstrele que desea escucharlo. Que tu postura y expresión denoten el interés que sientes.
4- Elimine y evite distracciones.
5- Trate de ser empático con el otro.
6- Sea paciente y dale tiempo para explicarse, no le interrumpas.
7- Mantenga la calma y el buen humor.
8- Evite discusiones y criticas, sea prudente en sus argumentos.
9- Haga preguntas, esto estimula al interlocutor y demuestra su interés por conocer la totalidad de la exposición.
10- Pare de hablar, es lo primero y lo último. Mientras habla no llegan nuevos conceptos, frena la exposición del interlocutor.
¡¡¡FELIZ DÍA!!!
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